Cuando el restaurante Manta de Miami me contactó para crear una colección de vasos de cerámica inspirados en los paisajes peruanos, me emocionó pensar que tenía una oportunidad única para llevar una parte de mi tierra a cada mesa.
El proceso comenzó con una profunda investigación de los paisajes icónicos del Perú: desde las majestuosas montañas de los Andes hasta las vibrantes costas y selvas. Quería que cada vaso no solo representara un lugar, sino que evocara la esencia misma de cada entorno.
Primero, esbocé diferentes diseños que capturaran la textura y los colores de estos paisajes. Las montañas fueron representadas con líneas angulares y tonos tierra, mientras que para la selva elegí patrones más fluidos y verdes intensos. La costa, por su parte, se materializó en formas onduladas y tonos azulados, recordando las olas del océano.
Una vez definidos los diseños, pasé al trabajo manual. Utilicé técnicas de modelado a mano para asegurarme de que cada vaso tuviera una forma orgánica y única, reflejando la naturaleza impredecible y hermosa del paisaje peruano. La elección de los esmaltes fue crucial; mezclé colores naturales que, al aplicarse, imitaran las transiciones de luz y sombra que se ven en la naturaleza.
Finalmente, cada vaso fue cocido en mi horno de cerámica, donde el calor acentuó las texturas y colores, dándoles vida. El resultado final fue una colección que no solo es funcional, sino que también cuenta una historia—la historia de los paisajes peruanos y de mi pasión por traducirlos en arte.
Cada vez que visites Manta, y veas mis vasos en uso, siente que una pequeña parte del Perú está presente.